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Roland Benedikter

Miguel Zlosilo

September 2nd, 2022

El referéndum constitucional de Chile augura un futuro complejo para el país

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Estimated reading time: 6 minutes

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Miguel Zlosilo

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El referéndum constitucional de Chile augura un futuro complejo para el país

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Los chilenos votarán una nueva Constitución después de presentar un nuevo texto que intenta reemplazar la actual, que proviene de la época de Augusto Pinochet. La incertidumbre sobre su aprobación surge del desencanto hacia una verdadera reforma social, económica y política, por lo que la democracia chilena se encuentra en un momento desafiante, explican Miguel Zlosilo (Artool, Chile) and Roland Benedikter (Willy Brandt Centre de la Universidad de Wroclaw).

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Chile ha sido considerado un modelo tanto de progreso en el desarrollo como de intentos de reforma en el Sur Global y la región del Pacífico. Por eso, la intención de cambiar su constitución que, en buena parte, proviene de la época de Augusto Pinochet (1973-1990), es crucial no sólo para el futuro de la nación, sino que también es observado muy de cerca por otros países. Esto incluye a la autoritaria China, con la que entró en vigor un acuerdo de libre comercio mejorado en marzo de 2019, destinado a aumentar los lazos bilaterales y su influencia. Según la Unión Europea y la OTAN, el interés de China en el mundo es establecer un segundo orden global en una “rivalidad sistémica” con las democracias y las sociedades abiertas. Por este motivo la superpotencia en ascenso se muestra escéptica ante un giro constitucional más liberal en naciones del Pacífico como Chile.

Las esperanzas de una gran mayoría de la población de dar un giro liberal a la constitución chilena estaban puestas en el nuevo texto constitucional. Pero después de años de debate y entusiasmo inicial, las reacciones a la victoria de la izquierda de Gabriel Boric en las elecciones regionales, parlamentarias y presidenciales de noviembre de 2021 parecen haber alterado la realidad del proceso de reforma constitucional, y especialmente su ecosistema de aprobación pública. En el entorno del referéndum del 4 de septiembre, el estado de ánimo que prevalece sobre la renovación de la Constitución es el escepticismo. ¿Está el plebiscito constitucional de 2022 ya decidido en contra del proyecto de renovación? Hay algunos indicios, como muestran las últimas encuestas.

La mayoría de las encuestas recientes indican que el resultado del plebiscito para aprobar o rechazar la propuesta de la nueva constitución elaborada por la Convención Constitucional de Chile, que trabajó en el texto desde julio de 2021 hasta julio de este año, parece estar sentenciado. Esta situación es diferente al escenario de alta volatilidad que se observaba hasta fines de junio de 2022, donde había un alto porcentaje de indecisos y tendencias que mostraban fuertes variaciones, con permanentes alzas y bajas entre los porcentajes de aprobación y rechazo. Esta volatilidad ya no se observa. Por el contrario, los datos muestran que la elección parece estar definida para la mayoría de los ciudadanos, con un margen sustancial que favorece al bando que votará en contra de la adopción de la nueva Constitución elaborada por la convención.

El futuro después del referéndum 

La difusión del texto exacto de la Constitución reformada no logró modificar la tendencia al alza del rechazo. Desde que se dio a conocer el documento final, la aprobación ha disminuido de forma constante. La campaña del gobierno para promocionar el texto no ha conseguido reconquistar a algunos partidarios del Apruebo, que no están convencidos de que cumpla el propósito de renovación tal y como se prometió, especialmente la reforma social, económica y política y el paso general de un experimento neoliberal a un moderno estado de bienestar.

Desde el inicio de la etapa donde el Gobierno se jugó fuertemente por difundir el texto con recursos públicos, que fue cuestionado por la Contraloría General de la República, la aprobación se ha mantenido estable en una banda del 2%. Esto indica que desde el centroizquierda hasta la extrema derecha hay insatisfacción con un compromiso que no va ni lo suficientemente lejos en una utopía de redistribución socialista ni lo suficientemente en un realismo de “economía social de mercado” al estilo europeo.

Por otra parte, hay una diferencia sustancial en cuanto a lo que hay que elegir cuando el voto es sobre un texto y no sobre dirigentes o un partido político. A diferencia de una elección sobre rostros, el plebiscito es sobre una elección de contenido. En el primer escenario (votar a un político o a un partido), el resultado tiene un mayor nivel de incertidumbre. Las elecciones de candidatos se pueden ver afectadas hasta el último minuto por sus errores o por la difusión de información que afecte su prestigio. En cambio, en una elección de contenido la posición al respecto no está sujeta a este tipo de variables que puedan cambiar la posición de los electores.

El voto es obligatorio para este referéndum constitucional. Como va acompañado de una inscripción automática, a menos que ocurra una catástrofe (como la precedente crisis de Covid-19, que golpeó fuertemente a Chile), la participación en la votación aumentará considerablemente en comparación con la última elección. Esto incluye a quienes ya tenían una fuerte filiación partidaria, como por ejemplo, los remanentes de la derecha pospinochetista que rechazan la democracia, pero que ahora se comprometen y movilizan con el rechazo a combatir lo que consideran “la amenaza comunista”.

Por último, es esencial recordar que ha habido ( y seguirá habiendo en el post-referéndum) una fuerte movilización del lobby contra la aprobación. Los estudiosos y analistas sobre el terreno tendrán que analizar al menos dos hechos. Por un lado, si ha habido “alianzas impías” de las fuerzas neoliberales con las nuevas superpotencias autoritarias como China, que compran las materias primas de Chile y tienen el interés de cimentar un orden más bien vertical. Por otro, hasta qué punto las fuerzas locales han colaborado y se han beneficiado de ello (como siempre ha sido en la historia latinoamericana y chilena). Sin embargo, este cambio de opinión de los votantes debe ser explorado en casa, no en el extranjero.

Una transición llena de desafíos

Si se rechaza la Constitución, puede aumentar la incertidumbre general en el país porque el camino a seguir para sustituir una Constitución que habría sido abolida socialmente no está claro y porque el gobierno del presidente Boric se verá gravemente afectado por el rechazo. Además, si la participación de los votantes es inferior a la esperada, el país se enfrentará a una profunda crisis de legitimidad política e institucional.

La única posibilidad que tiene el Apruebo en este momento es que todos los votantes indecisos acaben inclinándose por esa posición, a lo que se suman unos repentinos y graves problemas dentro de la franja electoral del Rechazo. Las dudas sobre un liderazgo capaz de reconducir el proceso después de un eventual no sugieren que queda un largo camino por delante en el que veremos una fuerte lucha política para determinar el siguiente paso. Entre los aspectos a definir está saber cómo será el nuevo proceso constitucional post plebiscito, qué organismo lo gestionará, quién lo dirigirá y cómo se ratificará.

En general, Chile ha vivido una transición no exenta de obstáculos, retos y problemas. Los votantes parecen no haber salido de su estado de adolescencia democrática tras elegir a Michelle Bachelet para un segundo mandato apoyando su ambicioso programa de reformas, para luego optar por el regreso de Sebástian Piñera al palacio presidencial de La Moneda con exageradas esperanzas de cambio inmediato. Ahora, y después de un nuevo giro a la izquierda desde la elección de la Convención Constituyente y un inicial y abrumador triunfo del Apruebo, el país puede volver a estar en duda respecto a su deseado modelo de futuro y, como un adolescente, vive en una crisis de identidad permanente.

Notas:

• Este artículo representa las opiniones de los autores y no del Centro o de LSE
• Traducción de María Clara Montoya
• Por favor lea nuestra política de comentarios antes de comentar
• Encabezamiento: Protestas por la Asamblea Constituyente / Paulo Slachevsky (CC BY-NC-SA 2.0)

About the author

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Roland Benedikter

Roland Benedikter, Dr. Dr. Dr. is Research Professor of Multidisciplinary Political Analysis in residence at the Willy Brandt Centre of the University of Wroclaw, Poland; Co-Head of the Center for Advanced Studies of Eurac Research Bozen-Bolzano, Italy. He is co-author of Chile in Transition: Prospects and Challenges of Latin America’s Forerunner of Development (Springer International, 2015).

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Miguel Zlosilo

Miguel Zlosilo was the former Chief of Research of the Secretary of Communications in the Sebastián Piñera II Government (2018-21). Zlosilo is a Sociologist (Universidad de Chile) and holds a Master in Advanced Statistics (Universidad Complutense de Madrid). He is the founder of Artool, a data communication company in Santiago de Chile, and the co-author of Chile in Transition: Prospects and Challenges of Latin America’s Forerunner of Development (Springer International, 2015).

Posted In: Democracy

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