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Andrea Gartenlaub

March 11th, 2022

El gabinete paritario de Gabriel Boric y el camino hacia la igualdad en Chile

0 comments | 21 shares

Estimated reading time: 8 minutes

Andrea Gartenlaub

March 11th, 2022

El gabinete paritario de Gabriel Boric y el camino hacia la igualdad en Chile

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La vía para alcanzar la igualdad de género en Chile es larga y estrecha. Que el ascenso al poder de Gabriel Boric venga acompañado del nombramiento de un gabinete paritario es un paso evidente, pero la equidad no solo se restringe a una igualdad numérica de cargos, argumenta Andrea Gartenlaub (Universidad de Las Américas).

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Gabriel Boric Font es el político chileno más joven en asumir el cargo de presidente, pues llega al poder con 36 años. Una de sus primeras medidas fue presentar un gabinete paritario, designando a 14 ministras de un total de 24 carteras que componen la administración del Gobierno. Pero no sólo eso: su administración también quebró otro techo de cristal con el nombramiento de la cirujana Izkia Siches como Ministra del Interior, un cargo clave dentro del poder ejecutivo chileno en el que, por primera vez, se designa a una mujer.

Dos grandes hitos, pero esta no es la primera vez que un gobierno chileno presenta un gabinete paritario. Ya lo hizo en 2006  Michelle Bachelet, la primera mujer en alcanzar la presidencia de Chile, al nombrar a un equipo ministerial compuesto por 10 mujeres y 10 hombres. La decisión de Bachelet fue un paso simbólico en un país que presentaba las tasas más bajas de participación femenina en cargos de decisión en América Latina. En la actualidad, Chile ocupa el puesto 62 a nivel global en el Índice de Desarrollo de Género del PNUD.

Hoy, el país está atravesado por las ideas de renovación y por ello, la aplicación de un criterio de paridad en el gobierno de Gabriel Boric se ha leído como un paso evidente, necesario para marcar la diferencia con las administraciones anteriores. Pero también es una decisión esperable, particularmente por la fuerza conseguida por el movimiento feminista local, clave en las movilizaciones sociales de los últimos años y que cuenta con logros a su haber: la aprobación de una debatida ley de despenalización del aborto, y el establecimiento de la paridad de género en la actual Asamblea Constituyente, órgano que por estos días redacta la nueva constitución del país. El apoyo que las feministas chilenas prestaron a Boric en la disputada segunda vuelta presidencial fue clave en su elección.

Que la paridad sea lo extraordinario —y no la norma— es solo un ejemplo de lo que pasa a nivel latinoamericano con la implementación de mecanismos institucionales que buscan garantizar la participación sustantiva de mujeres en la política. Argentina fue un país pionero en este aspecto, pues en 1991 legisló a favor de incluir un mínimo de 30% de candidatas mujeres en sus listas parlamentarias. En Chile, una norma similar aplicada en 2017, empujó la participación femenina como candidatas a los cargos de diputados y senadores de un 13% a casi un 40%. En 2021se produce un nuevo salto con un 43,3% de mujeres encabezando las listas en elecciones al Senado . No obstante, las mujeres recolectaron un menor apoyo financiero (34,6% para el caso de candidatas a diputadas, y 37,8% para candidatas a senadoras) a pesar que representaron casi la mitad de las candidaturas.

Mientras hay avances en materia de representación a cargos de elección popular, por el contrario, los porcentajes de mujeres en gabinetes ministeriales son más decepcionantes. Según el último informe del Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL, Latinoamérica ha tenido “un aumento discreto” con un promedio de 28% presencia femenina liderando ministerios. Pese a todo hay excepciones: Costa Rica, en 2018, inauguró un gabinete con un 55,17% de mujeres el cual incluyó a la primera vicepresidenta afroamericana de ese país, Epsy Campbell. El mismo año Colombia presentó el primer gabinete paritario de su historia (aunque ya no goza de esa paridad); y en México, Andrés Manuel López Obrador, también inauguró su mandato con el mismo número de hombres que de mujeres en ministerios, aunque una serie de renuncias posteriores cambiaron el equilibrio. Chile se suma en 2022 con casi un 60% de mujeres en el primer gobierno de Gabriel Boric.

Igualdad más allá de los cargos ministeriales

El mismo informe de CEPAL entrega otro dato que preocupa: la mayoría de las carteras que ocupan las mujeres están “concentradas en el área social”, excluyéndolas en las de carácter político y económico. Es decir, y a pesar de la reinstalación del tema de las brechas de género en la opinión pública mundial, la reproducción de normas culturales —como que las mujeres serían más aptas para las tareas de cuidado— reaparece, incluso, cuando ellas alcanzan cargos de poder. Frustrante ¿no?

Tratemos de pensar. Hasta hoy la presencia de las mujeres en los medios de comunicación sigue siendo estereotipada: un estudio del año 2010 mostraba cómo los medios de comunicación resaltaban atributos de las ministras chilenas destacando su “fragilidad y sensibilidad”. Una década después el problema de los estereotipos de género no se ha superado a nivel mundial: informes recientes indican que aún se perciben diferencias importantes en cuanto a la diferencia de volumen de noticias dedicadas a mujeres candidatas, mientras que el tratamiento de las noticias asociadas a quienes ejercen en política, tiene un marcado interés por su vida privada y familia.

En los últimos años debe sumarse otro factor: la creciente violencia hacia las mujeres en las redes sociales, y muy especialmente hacia las mujeres que ejercen poder, compiten en elecciones, o son rostros visibles del empoderamiento femenino. Difusión de información falsa y clara misoginia o amenazas de ataques a su integridad física son parte del día a día de quienes trabajan en política.

Treinta años después de esa primera legislación hacia la paridad en los cargos políticos en Latinoamérica, la senda sigue siendo angosta y lo es en todo el mundo. El año 2019, solo 22 gabinetes en el mundo contaban con paridad, y este año, solo 17 mujeres estarán al mando de un gobierno en el mundo. Eso constituye un 9%, de 196 países. La propia Michelle Bachelet, hoy Alta Comisionada para Derechos Humanos de la ONU, pronosticaba lo lento que será conseguirlo: “la paridad de género no se alcanzará en las asambleas legislativas nacionales antes del 2063, y no tendremos el mismo número de mujeres y hombres como jefas de Gobierno antes del 2150“.

Esta permanente baja representación de las mujeres nos empuja a pensar más allá de las acciones afirmativas. Cabe preguntarse, si los gabinetes paritarios —siendo una excelente política— no son solo una decisión aislada en medio de sociedades con persistentes desigualdades de género. Entonces, ¿qué hacer para que la paridad se proyecte más allá de los cargos de gobierno?

Para lograr la equidad de género no solo debemos restringirnos a la igualdad numérica de cargos. La inclusión de mujeres en la vida pública se debe vincular con un cambio cultural profundo y una nueva visión de la sociedad. No solo necesitamos la participación política de las mujeres en los altos cargos directivos, también esto debe reflejarse en diferentes niveles, y en áreas donde el porcentaje de mujeres es extremadamente bajo (en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por ejemplo). Los gobiernos, como el que inicia el presidente Gabriel Boric deben aplicar el enfoque de género no soólo en la gran política, sino también en los programas pequeños que son la expresión local y cercana a la ciudadanía.

Hoy estas medidas integrales se hacen urgentes, especialmente por las secuelas dejadas por la pandemia del Covid-19 con la perdida de muchos puestos de trabajo femeninos. Pero también desde las nuevas amenazas que emergen y que ponen en riesgo la democracia liberal como no se había visto desde hace casi un siglo. En este orden mundial incierto, las mujeres deben levantar su voz y ejercer su poder.

Notas:
• Este artículo representa las opiniones de la autora y no del centro o de LSE
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• Encabezamiento: Fernando Ramírez (CC BY-SA 4.0)

About the author

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Andrea Gartenlaub

Andrea Gartenlaub is an academic and researcher at the Universidad de Las Américas. She holds a PhD in Social Sciences and a MA in Political Science. She has been an advisor to the Chilean National Health Fund. She is a member of the female political scientists network #NoSinMujeres.

Posted In: Democracy | Gender | Posts en español

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